Bajo el mismo techo... La historia de la 'mudanza hormiga'


Era el último fin de semana de marzo y abrí los ojos de golpe, como redescubriendo el lugar, "¿pero qué es lo que me pasa?"... ya había estado antes en esta cama y había dormido en esta habitación muchas otras veces, pero esta mañana era distinta, incluso los aromas se percibían diferentes, el color de las paredes era más intenso, el dormitorio parecía más amplio y una nueva sensación como de ansiedad recorría mi piel al tocar estas sábanas ya conocidas... "tranquilo Sergio" - pensé - "bienvenido a casa, relájate, este es tu nuevo hogar" y fue entonces cuando caí en cuenta que era la primera mañana que despertaba ahí luego de haberme mudado definitivamente el día anterior.

¡Vaya manera de despertar!... además de las sábanas había algo más que me cubría, Carlos aún dormía y me envolvía entre sus brazos y piernas, escuchaba su respiración pausada y profunda y sentía cómo el aire entraba y salía de su cuerpo y me acariciaba el cuello provocando un leve cosquilleo, entonces sonreí, una sonrisa tan grande que se salía de mi rostro, de la cama y de la misma habitación, nuestra habitación. La luz del día apenas entraba con dificultad por el marco de las persianas del balcón y el calor volvió a regresar a mi cuerpo mientras daba la vuelta para ver de frente a mi chico y abrazarlo también. "Buenos días amor" y las dos sonrisas se encontraron una vez más antes de empezar el día y firmar con ellas una nueva etapa en nuestras vidas... la de vivir juntos.




Aquí hay encerrados secretos nuestros y de nadie más.
Aquí las paredes han escuchado discusiones que no llevan a ninguna parte y otras que tratan de cambiar y mejorar nuestra historia.
Aquí hemos dicho los "te amo" más sinceros y profundos.
Aquí hemos cantado juntos y hasta bailado sin testigos.
Aquí hemos recibido a nuestras familias y amigos.
Aquí hemos hecho el amor.
Aquí hemos celebrados nuestros cumpleaños y hemos adornado el espacio de Navidad y buenos deseos.
Aquí nos hemos regañado el uno a otro.
Aquí nos hemos abrazado y besado apasionadamente.
Aquí hemos arrullado y consolado a una pequeña y la hemos visto dormir con la paz de la que sólo los niños son capaces de disfrutar.
Aquí hemos escrito nuestra historia y la seguiremos escribiendo hasta que cambiemos de "aquí".
Porque esta es nuestra casa y el lugar al que dos hombres y una nena llamamos 'hogar'.



¿Nos ha costado mucho trabajo vivir juntos?
Creo que no, Carlos es muy organizado y lo tiene todo bajo control, lleva una agenda de los pagos y los pendientes que hay que hacer, mientras que yo soy práctico y soluciono las cosas al momento (o trato), más creativo y muy adaptable, estoy acostumbrado a compartir el espacio por venir de una familia de 4 hijos en la que tuve siempre que compartir la recámara, la ropa, los juguetes, el closet y el baño; aquí me gusta encargarme del acomodo de las cosas y hasta de las platas de la casa.
Ni Carlos ni yo sabemos cocinar, somos dos hombres a los que nos gustan las delicias de la buena cocina pero apenas sabemos lo básico de ella, los huevos nos quedan muy ricos (sin albur), también las quesadillas y los sándwiches, ah y él es experto en el arte de los hot cakes y las ensaladas, creo que de eso y sus besos podría vivir toda la vida; y con todo lo demás ya nos iremos dividiendo las tareas.
Mi mudanza a esta casa fue una "mudanza hormiga" (como él le llama), ¿y es que cómo más podía ser?... pasaba la mitad de mi semana en este departamento y la otra mitad en el mío, así que ya habían aquí algunas mudas de ropa que poco a poco se iban quedando, unos pares de tenis, mis boxers empezaron a llenar su cajón y luego ya ni me fijaba de quién era cuál, algunas chamarras ocuparon su armario, un cepillo de dientes en el baño y lo demás poco a poco fue buscándose un lugar en su closet, en lacocina y demás rincones como queriendo explorar el terreno, así que la mudanza final no fue tan complicada, fue una limpia y una excelente oportunidad para deshacerme de cosas viejas y renovar la energía; los demás muebles los llevé a casa de mis papás en donde tendrían un mejor uso o más espacio.

¿Por qué me mudé yo a casa de Carlos y por qué no mejor iniciamos nuestra nueva aventura en un lugar nuevo y diferente para los dos, como varios de mis amigos me lo recomendaron?...
Porque no lo sentí necesario.
¿Para qué complicarme la vida y para qué complicársela a él?
Porque aunque creo en la energía de las cosas, también creo que uno mismo mueve y cambia esa energía con la propia personalidad y la determinación que traemos a los nuevos espacios, y sentí que poco a poco este lugar se fue llenando de mí y yo de él.
Porque aunque es verdad que él vivió aquí con su antigua pareja, cuando yo llegué a su vida sentí este lugar como el lugar de Carlos y de nadie más, porque aunque sé que aquí hubo otra historia antes que la mía, la sensación que percibía en el ambiente no chocaba con mi propia energía, porque las cosas que hablaban de historias pasadas ya no estaban (yo mismo me encargué de deshacerme de algunas) y porque cuando llegué por primera vez aquí, me sentí tan agusto como si el lugar me hubiera estado esperando desde que se colocó la primera piedra. Éste siempre fue un lugar que Charlie escogió para hacer su vida, sentirse libre, y yo lo veía feliz aquí, ¿para qué quitarle eso por un simple capricho de 'territorio neutro' que además yo sinceramente no necesitaba?, y además de todo me abrió las puertas de su casa para invitarme a hacerla mía, cosa que tiene mucho valor para mí; y por si fuera poco, aquí vivía él cuando lo conocí. Además no voy a negar que la zona me gusta mucho, siempre quise vivir en estas calles, una colonia céntrica, bien comunicada, una zona 'gay friendly', gente amable con familias y parejas muy diversas, y el llegar a este lugar representó una palomita más en mi lista de 'cosas por hacer en la vida'.

Pasamos mucho tiempo juntos dentro de estas paredes, para ir a mi trabajo tomaba el Metrobús y estaba en la oficina en 45 minutos (tiempo bastante razonable para una ciudad tan grande y tan poblada como la nuestra), Carlos por su parte fue un poco más práctico e hizo su vida al rededor, su mamá vive en la colonia de junto, su oficina está a dos cuadras y el club al que va a nadar está a 5 minutos caminando, así que somos afortunados.


Ahora nos hemos adaptado el uno a otro bajo el mismo techo, poco a poco hemos cambiado y mejorado cosas, cuando los dos trabajábamos aportamos al sustento de acuerdo a las posibilidades económicas de cada uno y hemos ido creando juntos un espacio familiar para la llegada de nuestra hija, pues cuando tomamos la decisión de ser papás, nos visualizamos en este lugar para convertirlo en un hogar acogedor y prepararlo para que recibiera la llegada de nuestra bebé de la mejor manera, pero esa será otra historia que contaremos más adelante.


Por ahora hasta aquí me quedo, pero cada semana postearé una entrada nueva de esta aventura personal que espero te sirva de ayuda, así que mantente en contacto con nosotros. Te invito a que nos sigas y a que te suscribas a nuestro blog y seas parte de esta historia.
Recuerda que aquí abajo puedes dejar tus comentarios, dudas, preguntas y cuestiones que te gustaría tocáramos más adelante.

Saludos y...

                   Ciao Papis!

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