La gestación subrogada... ¿'capricho', o una forma de hacer realidad un sueño?

"¿Cuál es la razón por la que quieres ser papá?" - me preguntó Carlos cuando estábamos a punto de iniciar el proceso de nuestra paternidad.

Tú que me estás leyendo ¿Alguna vez te has preguntado por qué el ser humano desea tener hijos?
Trata de responderte esta pregunta antes de seguir leyendo...


La verdad es que, en mi caso, los primeros segundos no supe que responder a la pregunta de Charlie, sentía que era una interrogante con una respuesta bastante obvia y que se contestaba con el simple deseo de serlo, pero después de reflexionar por unos instantes, entendí que no lo es, al menos no lo fue para mí, o no supe encontrar las palabras que describieran este simple (o muy complejo) deseo por tener un bebé...
"¿Por qué uno quiere ser padre?" - me volvió a preguntar - "¿cuál es fondo de ese deseo de un hombre o una mujer de tener un hijo?" - pero qué bombardeo de cuestionamientos me tiró en tan poco tiempo y justo en el momento en el que los dos habíamos decidido ser papis, qué ganas de complicarme la existencia, si estábamos ‘chupando’ tranquilos.
Yo recuerdo que mi primera respuesta fue "por amor", sin embargo, él me volvió a voltear la perspectiva al cuestionar "¿pero amor para quién?... ¿amor hacía uno mismo?, ¿es decir, que uno mismo se ama tanto que quiere regalarse esa experiencia y tener alguien a quien llamarle "hij@"?, ¿o amor hacia ese ser que aún no conoces y que desde la simple idea del 'quiero tener' ya no se trataba de él (o ella), sino de tí queriendo 'algo', en este caso un bebé?, ¿no se te hace que es un acto naturalmente egoísta del ser humano el querer tener a otro ser como uno mismo?" - me dijo. ¡Claro! Ahí está el ejemplo de Dios, nos creó a su “imagen y semejanza”, y por qué, pues porque se quería mucho así mismo y quiso que nos pareciéramos a él, pensé yo.
¿Así que la paternidad es un acto ególatra? En principio creo que no, creo que la paternidad y la maternidad son actos naturales y son actos de amor, pero si nos ponemos a ver este proceso desde un lado más ajeno a nuestro propio sentimiento, sí podría traducirse en un acto egoísta de preservar la especia, de tener descendientes, herederos de nuestra sangre y nuestra carga genética, espejos de uno mismo en los cuales reflejarnos y volcar toda nuestra aspiración personal, es un acto de amor propio proyectado en alguien más, porque apoco no has dicho nunca o escuchado las frases: "sacaste mis ojos", "te pareces a tu papi", "esa sonrisa es de tu abuela", "vas a ser una gran bailarina", "vas a ser un niño muy guapo", "pero que venga sano"; sí, son frases comunes y muy bonitas, pero también creo que son enunciados con los que de una u otra manera nos reflejamos o nos proyectamos en los hijos, ¿por qué? pues no lo sé, supongo que porque nos da orgullo que se parezcan a nosotros porque para eso son nuestros hijos y no los del lechero. Aunque al final de cuentas, cuando escuchas su corazoncito por primera vez a través de un monitor, o cuando por fin tienes a esa pequeña criatura por vez primera en los brazos, el latido del corazón se te dulcifica y desde lo más profundo del pecho se experimenta una sensación tan plena y tan genuina, que no logro encontrar otra palabra para describirla que 'amor', sí, creo que ese es el sentimiento, amor puro y desinteresado.

¿Y en nuestro caso particular qué pasó?
Somos una pareja de hombres, y aún con todo el amor que nos tengamos, existe una verdad irrefutable: dos hombres no pueden procrear a sus hijos, pues por naturaleza no tenemos la manera de gestar a nuestros propios hijos, entonces aquí entra un factor muy interesante y que hasta hace unos años yo desconocía: la gestación por sustitución o gestación subrogada, una alternativa de reproducción asistida.



¿Habías escuchado hablar de esto?
La verdad es que, aunque actualmente es un tema muy controversial y que ha causado diferentes posturas sociales, religiosas y por supuesto políticas, los métodos de gestación sustituta se remontan hasta el principio de nuestra historia.
Desde la antigüedad más remota el hombre siempre ha soñado con tener hijos y, pese a la infertilidad incurable en aquellos tiempos, ha procurado por todos los medios conseguir un heredero tan anhelado. La primera madre de alquiler conocida en la historia nació hace unos dos mil años antes de Cristo en la tierra árida de Canaán, cerca de Hebrón. He aquí lo que dice al respecto el Antiguo Testamento (Génesis 16), libro sagrado de los judíos, cristianos y musulmanes. Sarai, la esposa de Abraham (Sara y Abraham les llamarán un poco más tarde), era infértil y le ofreció a su marido la esclava Agar para que le gestara un hijo. Así que Sarai dijo a Abraham: “Ya que el Señor me impide ser madre, únete a mi esclava. Tal vez por medio de ella podré tener hijos”. Y Abraham accedió al deseo de Sarai (*qué esposo tan sacrificado y abnegado*). En aquel entonces Abraham tenía 86 años, pero su edad venerable no impidió la concepción, así que en 1910 a. C. la esclava Agar dio a luz un hijo que recibió el nombre de Ismael, y Sarai le sentó en sus rodillas como si fuera su hijo propio. Éste fue el primer niño nacido por medio de un proceso de la llamada “gestación subrogada tradicional".



El segundo programa de gestación subrogada, del que tenemos conocimiento, se desarrolló en la Mesopotamia sumeria a mediados del siglo XVIII a. C. Cabe destacar que en el reino de los sumerios la subrogación gestacional fue una práctica muy cotidiana, y más aún consolidada legalmente. El Código del rey Hammurabi (1792-1750), creado en 1780 a. C. y que fue el primero en introducir el principio de presunción de inocencia (uno es inculpable hasta que se demuestre lo contrario), disponía que la mujer estéril que quería tener hijos debía dar una esclava a su marido con fines de procreación, sin que éste pudiera buscarse a otra concubina, a menos que la primera no lograra concebir un hijo varón. Así mismo, el Código establecía “garantías sociales” para las madres subrogadas que tuvieran hijos, a las cuales no se podía vender “por plata”.

Pero ahorremos tiempo y demos un salto en la historia para aclarar este mágico proceso...

¿Cómo es el procedimiento de una gestación subrogada?
Creo que podría ser algo complejo de entender. Normalmente las parejas que están buscando hacer realidad su sueño de tener un hijo, ya han pasado por múltiples tratamientos de fertilidad, pues en muchos casos existen situaciones de infertilidad. Por otro lado, la gestación subrogada también se produce de una forma bastante frecuente en mujeres solteras, y parejas homosexuales.

¿Qué tipos de subrogación o gestación subrogada existen?
  • Gestación subrogada tradicional: Este tipo de gestación subrogada se da cuando una mujer es inseminada artificialmente con el esperma de un hombre que desea ser padre, y en el caso de no poseer espermatozoides útiles, se recurrirá a un donante de esperma. La madre subrogada aporta el óvulo del que saldrá el bebé, lo cual la hace madre biológica del bebé. No obstante, una vez el niño ha nacido, esta deberá dar en adopción a ese niño a los futuros padres.
  • Gestación subrogada gestacional: Este tipo de gestación subrogada es la más “común”, cuando se da este tipo de gestación subrogada, la madre gestante no tiene ningún vínculo genético con el bebé. La madre biológica, o la donadora de óvulos (en el caso de una pareja de hombres como nosotros), antes de que se produzca la gestación, se someterá a un tratamiento de estimulación ovárica con el fin de conseguir varios óvulos. Estos óvulos que se consiguen de esta forma, serán posteriormente fecundados con el esperma de su pareja (o de uno de los dos hombres de la pareja gay). ¿Qué ocurre después de este punto?, los embriones que se han conseguido en esa fertilización (generalmente los dos mejores), se van a transferir al útero de la madre subrogada, que es la persona que llevará a cabo el embarazo. Cuando se lleva a cabo este tipo de subrogación, los padres biológicos, son los que aparecerán en el acta de nacimiento del bebé, es decir, los padres intencionales son los que van a quedar registrados como padres del hijo.
En nuestro caso particular, Charlie y yo optamos por la segunda opción, y más adelante les contaré paso a paso nuestro proceso.

Por ahora hasta aquí me quedo, pero cada semana postearé una entrada nueva de esta aventura personal que espero te sirva de ayuda, así que mantente en contacto con nosotros. Te invito a que nos sigas y a que te suscribas a nuestro blog y seas parte de esta historia.
Recuerda que aquí abajo puedes dejar tus comentarios, dudas, preguntas y cuestiones que te gustaría tocáramos más adelante.

Saludos y...

                   Ciao Papis!


Comentarios

  1. Sergio, me encanta como escribes. Describes tan bien las escenas que me imagino perfectamente los gestos de Carlos. A él lo conozco desde que éramos niños. Fuimos juntos a la misma escuela y después de la prepa, época en que fuimos grandes amigos, cada quién siguió su camino. Hace unos años coincidimos por un brevísimo tiempo en Facebook, pero de un día a otro desapareció y aunque le envié nuevamente solicitud de amistad ya nunca supe nada de él y perdimos completamente el contacto. He sabido algo de su vida por fotos a quienes amigos mutuos dan el famoso like y me aparecen en mi TL. Me da mucho gusto saber que le va bien, que es muy feliz en su vida y que tienen una preciosa hija. Dile que le mando muchos saludos y ojalá la vida nos haga coincidir en algún otro momento. Alyda

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    1. Hola Alyda,
      Estábamos de viaje y no había tenido la oportunidad de responder tu mensaje. Muchas gracias por tus palabras y gracias también por leernos, me da mucho gusto que lo que aquí ponemos sea de tu agrado y tu interés, y esperamos les sirva a muchos otros que buscan formar una familia o que simplemente quieren saber más del tema, por eso si te es posible compartirlo en tus redes sociales y contacto, nos ayudaría mucho. Te envío mis saludos y le comentaré a Carlos de tus saludos. Hasta pronto.

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