Confirmado ¡Estamos embarazados!... Que empiece la aventura de dos papás hombres.

Después de un día lleno de emociones y sensaciones nunca antes experimentadas, al llegar la noche me fui a la cama y abracé a mi "Güerito" con mucha fuerza y con una enorme sonrisa, y lo último que pensé antes de caer por fin profundamente dormido, fue: "y lo mejor de todo es que no vamos a tener que sufrir mareos, ascos, vómitos, y que no nos va a crecer la panza"... pero qué equivocado estaba.





El miércoles 24 de febrero de 2016 pintaba una mañana diferente; no es por tratar de poetizar las circunstancias, pero de una vez les advierto que quizás así vayan a sonar las siguientes lineas, y es que definitivamente recuerdo que se sentía una frescura peculiar en nuestro entorno, para empezar las sábanas no me jalaron de nuevo hacia la cama con discretas caricias que me envolvieran como anaconda a su presa, y las almohadas no trataron de persuadirme al oído que reprogramara el despertador del celular cinco minutos más, ese día no, esa mañana simplemente parecían ser lo que son... cama, almohadas y sábanas; simples objetos inertes en una habitación. A mi lado aún dormía mi "güero", y no hacía falta prender la luz o abrir las persianas para ver su rostro plácido y tranquilo mientras respiraba lenta y profundamente, pues justo esa mañana su rostro se iluminaba como con una luz desde dentro, que de no ser por la barba, podría parecer a un niño durmiendo y aún soñando con algo agradable.

Y entonces me levanté muy de buenas para ir a hacer ejercicio y meterle unos cuantos 'ganchos' bien colocados a un mudo muñeco "bob" de hule espuma que no iba a reclamarme con alguna mentada de madre, o peor aún, contestar mi efusiva agresión energizada, con ningún "jap" o "upper" que me mandara directo al suelo por 'lucidito'.
Llegué al trabajo con una sonrisa y por primera vez desde hace algunos meses, me dio gusto estar ahí y no me cuestioné (como ya se estaba volviendo una costumbre casi inconsciente) mi permanencia en un lugar que no me hacía sentir completamente feliz, porque esa mañana era distinta, mi lugar se sentía mucho más amplio, la computadora ese día no hizo un sonido espantoso al prender, como reclamándome sacarla de su estado de hibernación nocturno para ponerla a trabajar, y mi silla se sentía mucho más confortable, en fin, la inspiración estaba a flor de piel y el trabajo empezó a fluir como si cada palabra y cada frase que formulaba en las teclas, ya tuviera su lugar predestinado; así que, cosa rara, la mañana se fue rápido en aquella redacción.

"Bzzzt, bzzzt"... sentí que mi celular vibró sobre el escritorio anunciándome que una nueva notificación estaba lista para ser leída, lo levanté y vi que se trataba de un correo electrónico de Charlie -por cierto, esa mañana no me había mandado ningún mensajito de amor o por lo menos una 'carita feliz' que me hiciera saber que estaba pensando en mí- recordé,  con el ceño fruncido por tal pensamiento desbloqueé el teléfono para dar paso a una nueva cara de sorpresa, el asunto del mensaje decía: "Resultados del laboratorio de la paciente 'Ana'"... -¡Dios mío!- en ese mismo momento sentí que las manos me empezaron a sudar y el aire se me iba, leí el asunto una y otra vez antes de intentar abrir el correo, eran los resultados por los que habíamos estado esperando toda una semana, que había parecido como un año entero sin noticia alguna, y por fin, en mis manos estaba alguna respuesta que me sacara de ese estado de ansiedad e incertidumbre.

Estaba sentado justo al borde de la silla en mi cubículo con una notificación en las manos que significaba la respuesta a un acontecimiento que cambiaría por completo mi vida, levanté la vista para mirar a mi al rededor y vi que todo el mundo parecía estar perdido ante la pantalla de su computadora, pero en ese preciso instante una nueva sensación se apoderó de mi, las manos me chorreaban a cántaros y mi respiración se paró en súbito, claramente sentí que el volumen de todo empezó a incrementar en mi cabeza de una manera irreal a mi al rededor... los dedos en los teclados de las computadoras vecinas parecían estar en una guerra frenética contra las teclas que se estaban rindiendo por tanto castigo, los pasos de la gente en los pasillos se escuchaban tan fuerte como si tuviera mis oídos pegadas al suelo y una marcha de bailarines jarochos vinieran a mi encuentro y pasara sobre mí, las hojas de las revistas al ser hojeadas se escuchaban tan fuerte como las aspas de los molinos holandeses trabajando a marchas forzadas mientras cortaban al viento, y el carboncillo de los lápices hacían que retorciera la cabeza por la sensación que dejaban al dejar su marca en las hojas que gritaban ayuda; así que no pude más... me levanté de mi lugar súbitamente, tan intempestivo que dos compañeros voltearon a verme como si de una emergencia se tratara, sólo alcancé a responder sin palabras con una fingida sonrisa que decía "no pasa nada", -necesito aire fresco- pensé, así que empujé la silla con la parte trasera de mis rodillas, guardé mi celular en la bolsa de los jeans y salí de ese lugar que de pronto se había convertido en un sauna con aire pesado, para dirigirme a la azotea del edificio, lugar fresco y al aire libre, comúnmente utilizado por los fumadores que subían a despejar la mente y llenar de nicotina su sistema, o por los que tenían algo importante que hablar en sus celulares y buscaban un poco de privacidad entre los soplidos del viento.

-Qué raro- pensé sorprendido, por primera vez en estos más de dos años trabajando aquí, ese lugar estaba solo y era completamente para mí; así que miré al horizonte hacia la gran ciudad y respiré lenta y profundamente, como tratando de llevar el oxígeno a cada uno de los 700 millones de alvéolos en mis pulmones para tratar de relajarme, y saqué nuevamente el celular de mi pantalón.

"Amor, te reenvío la prueba de embarazo ¡SEREMOS PAPÁS!. TE AMO"

...
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            ... Fueron las palabras con las que Carlos me dio el anuncio más importante de mi historia personal... ¡VOY A SER PAPÁ!... y en ese mismo instante sentí un par de pataditas en la panza y bajé la mirada hasta mi ombligo, lo bueno es que estaba solo en esa azotea del séptimo piso, pues solté una sonora carcajada al recordar que eso es imposible pues mi naturaleza masculina no lo permite, y por un momento pensé en lo afortunadas que son las mujeres al poder llevar una vida en su interior y sentir de verdad el movimiento de esos piecitos manifestándose en su cuerpo. -Gracias a Dios este "figurón" no se va a perder- bromee conmigo mismo.

Una y mil veces leí y releí la frase que anunciaba una nueva etapa en mi vida, eran las únicas palabras del correo y yo las repasaba para tratar de ver si no estaba entendiendo algo diferente a lo que esa frase aludía, pero por más que traté de buscarle un error de dedo o una idea diferente que tal vez quiso expresar y escribió mal, no había duda... era el enunciado más claro, directo,contundente y tierno de mi existencia... ¡PUM! Ya no había marcha atrás, ya todo estaba hecho y confirmado: desde ahora mi vida, mi contexto y mis prioridades habían cambiado para siempre.

Al abrir el documento adjunto con la prueba de embarazo, nada tomó claridad, al contrario, me pareció que en ningún lugar había algo que me dijera claramente que el resultado era positivo y que ya existía vida creciendo dentro de nuestra "Ana", nuestra gestante, nuestra pancita sustituta, y en la que teníamos puestos nuestros mejores pensamientos de agradecimiento. Únicamente me topé con dos columnas que contenían un montón de datos y números que no me decían nada y que hicieron más confusa mi situación. Por supuesto el resto del día se me hizo como la Cuaresma, y no veía el momento de salir corriendo de esa oficina.

Al llegar a casa ya me esperaba Carlos, el hombre al que amo y con el que a pesar de todo y de todos, decidí iniciar esta nueva familia -¡Vamos a ser papás!- me dijo con una sonrisa tan grande que parecía un niño... -¡y de dos!- remató y la quijada se me cayó hasta el subsuelo.
Los dos óvulos fecundados que habían transferido a "Ana" hace unas semanas, estaban en su lugar bien sujetados y empezando a crecer como dos nuevos angelitos que vendrían a unirse a nuestras vidas.

La sensación es indescriptible, miles de imágenes del futuro aún no vivido empezaron a recrearse en mi imaginación, miles de preguntas empezaron a surgir por todas partes: ¿cómo serán?, ¿serán niño y niña?, ¿serán los dos niños o las dos serán nenas?, ¿cómo los vamos a llamar?, ¿cómo nos van a llamar ellos o ellas a nosotros?, ¿les caeremos bien?, ¿nos van a querer tanto como nosotros ya los estamos queriendo?, ¿vamos a ser buenos padres?, ¿el mundo los va a aceptar?... ufff ¡qué estrés!.

Cada una de las columnas de aquella primera prueba de embarazo representaban los resultados de cada uno de los nuevos bebés.
Los días subsecuentes recibimos más informes con las mismas columnas, y en todos nos quedaba siempre una duda, ¿por qué son diferentes uno del otro?, y es que los datos decían que un embrión tenía determinado tiempo de gestación diferente al de su hermano que había sido implantado el mismo día y de la misma muestra, y de la misma donante, y en la misma gestante; entonces ¿por qué no arrojan los mismo resultados?, por ejemplo en el reporte del 16 de marzo de 2016 se especificaba que la medición era de 7.1 semanas para un gemelo y 6.2 para el otro, cuando apenas el día anterior se había cumplido un mes de haberse realizado la transferencia. Así que escribimos al doctor y aquí les comparto la razón:

Entiendo perfecto la duda y te explico.
1.       La diferencia entre ambos gemelos es normal, pues nunca medirán exactamente lo mismo, es lo esperado en todos los casos de embarazo gemelar.
2.       Efectivamente la edad gestacional REAL es menor, pero TODOS los parámetros que se usan, cálculos de edad gestacional, medidas de ultrasonido, etc, vienen desfasado al menos por 15 días, la razón es que lo que se toma habitualmente para hacer el cálculo gestacional es la fecha del primer día de la última regla, y por supuesto NADIE se embaraza ese día, la ovulación viene aprox 12 días después, la fecundación e implantación 6-7 días después, por lo tanto, siempre se toma así, en este caso, la fecha de transferencia NO es el parámetro para calcular la edad gestacional, debes calcular que en un proceso fisiológico, este momento corresponde aprox 15 a 18 días posterior al inicio de la última regla, esa es la razón por la que NUNCA coincidirá la fecha de transferencia con la edad gestacional.
 Así que hasta ahora todo iba bien, y aunque mi corazón y mi boca querían gritar a los cuatro vientos que iba a ser papá y que estaba esperando gemelos... por ahora lo mejor era pedir que todo siguiera bien y esperar el mejor momento para dar la gran noticia al mundo entero.

¡Ahh! y de los antojos mejor ni hablamos, porque entre palomitas de caramelo y panditas de color rojo empezamos a hacer panza.

Por ahora hasta aquí me quedo, pero cada quincena postearé una entrada nueva de esta aventura personal que espero te sirva de ayuda, así que mantente en contacto con nosotros. Te invito a que nos sigas y a que te suscribas a nuestro blog y seas parte de esta historia.
Recuerda que aquí abajo puedes dejar tus comentarios, dudas, preguntas y cuestiones que te gustaría tocáramos más adelante.

Saludos y...




                   Ciao Papis!


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