El poder de una sonrisa de 6 dientecillos… magnetismo natural de un pequeño milagro
La vida son sólo instantes, momentos que se quedan
en la memoria y en el corazón y con los cuales construimos nuestra historia, y
cuando los traemos al recuerdo, podemos revivir nuevamente las sensaciones y sentimientos
que nos produjeron.
Decidí hacer un pequeño paréntesis en el relato de
nuestra historia para escribir estas líneas de reflexión sobre la niñez y el
nuevo mundo, este nuevo modelo social que estamos viviendo y construyendo todos
los que ahora mismo respiramos, pues somos parte de una sociedad que está
viviendo cambios en la forma de vivir, relacionarse, amar, tolerar y respetar a
las demás personas y sus preferencias o sus familias, pues me resulta
fascinante el poder del amor en todas sus expresiones y la inocencia de un bebé
que haya llegado al mundo de la manera que haya sido, no deja de ser un milagro
digno de celebrar.
Recuerdo que cerré la puerta del coche y ya iba con
una sonrisa grande, de esas que producen el orgullo y la felicidad después de
recibir tantos halagos en una sola mañana, hasta suspiré para dejar descansar a
mi pecho de tanta emoción acumulada…
“Felicidades chicos, han hecho un gran trabajo y son
una familia estupenda”.
“¿Cómo le hicieron para tener una niña tan hermosa?”.
“¿Cómo les ha cambiado la vida esta pequeña princesa?”.
“¿Qué tan difícil ha sido su proceso para llegar a
este punto de unión y complicidad?”
“Son unos papás ejemplares”.
Pero qué frases tan más hermosas, y qué curiosidad
tan más genuina, tan transparente, seguramente mucha gente a lo largo de estos
meses de nuestra paternidad nos han querido preguntar tantas cosas, pero no se
atreven para evitar sentirse entrometidos, o por miedo a sonar ignorantes ante
una nueva realidad, sin embargo les nacen desde lo más profundo de la
curiosidad y las emociones, preguntas y frases de apoyo a nuestra familia, que
cuando se atreven a expresarlas, puedo sentir su alivio y su satisfacción
cuando lo hacen desde su corazón, pues un “felicidades muchachos por lo que son
y por lo que han logrado” es una frase tan potente si es dicha mirando a los ojos y
con la mayor sinceridad, porque golpea, inunda frescura y palmea la espalda de
dos hombres como Carlos y como yo.
Y en lo personal no es que vaya por la vida tratando
de tener la aprobación de los demás o tratando de caerle bien a todo el mundo, ya
pasé por éso antes y no me gustó, eso de fingir y querer “encajar” en todos los
círculos o lugares a los que iba ya lo hice en la pubertad y no me resultó nada
bien, pues nunca le das gusto a todos y acabas con una sensación de frustración
que dura varios días, y además de no conseguir mi objetivo de “Mr. Simpatías”,
tampoco conseguía sentirme cómodo conmigo mismo, eso es ser falso y desgasta
mucho, y hoy a mis 35 años y con lo mucho o poco que he vivido, ya no estoy
dispuesto a desperdiciar ni tiempo ni energía tratando de caerle bien a alguien.
Pero cuando todo se da tan orgánico, cuando empiezas a trabajar por aceptarte con tu preferencia sexual, con tu voz, con tu cuerpo, con tu cara; y en lugar de luchar por “encajar” empiezas a caerte bien a tí mismo… ¡PUM! Cambia tu realidad y tu mundo, y entonces empiezas a notar que comienzas a fluir mejor en todos los espacios a los que llegas, y orgánicamente fluyes en tu interacción con los demás así como eres, con tu pareja y con tu hija, y así, sin buscarlo recibes un halago, y luego tu hija recibe uno, y la familia que formaste también los recibe. Eso se llama aceptación, y se siente tan bien que los percibes como una nueva flor para tu jardín.
Pero cuando todo se da tan orgánico, cuando empiezas a trabajar por aceptarte con tu preferencia sexual, con tu voz, con tu cuerpo, con tu cara; y en lugar de luchar por “encajar” empiezas a caerte bien a tí mismo… ¡PUM! Cambia tu realidad y tu mundo, y entonces empiezas a notar que comienzas a fluir mejor en todos los espacios a los que llegas, y orgánicamente fluyes en tu interacción con los demás así como eres, con tu pareja y con tu hija, y así, sin buscarlo recibes un halago, y luego tu hija recibe uno, y la familia que formaste también los recibe. Eso se llama aceptación, y se siente tan bien que los percibes como una nueva flor para tu jardín.
En ocasiones me he descubierto mirando detenidamente
a mi hija, y lo mismo me ha pasado con Charlie, lo he ‘cachado’ en silencio
contemplando ese pedacito de carne que nos maravilla y nos impresiona… ¿cómo es
posible tanta grandeza en un ser tan pequeñito que camina a trompicones y ni
siquiera sabe hablar?... ¿cómo es posible que ese pequeño brillo en sus enormes
ojos ilumine tanto y su incompleta sonrisa de bebé aprendiendo a ser niña
derrita tantos corazones?... no lo sé, pero es un espectáculo verla y estar
frente a ella porque además de su sonrisa y su energía típica de bebés de su
edad, esta pequeña de alma pesada transmite muchísima paz a los que están cerca
de ella y jala las miradas de los que están lejos.
Y hasta ahora soy consciente de esta magia, esta
energía sucedió desde el día que nació, no les quiero adelantar mucho de ese
día, porque sin duda será tema de otra entrada más adelante, pero nuestra
habitación del hospital casi siempre estuvo llena de gente que se sintió
atrapada por la belleza de nuestra bebé, y no me refiero a la física, sino a
esa que es a veces difícil percibir en los demás, esa belleza que viene desde
dentro y que es un regalo que seguramente le mandaron desde el universo, pues
desde ese día hasta la fecha, “Cerecita” (como la nombramos de cariño desde que
la vimos) ha sido un imán en todos los sentidos.
El fin de semana pasado fuimos invitados por un
querido amigo a su casa para desayunar en una reunión de amigos, lo chistoso
del caso es que hubo un momento en el que sentados a la mesa miré a mi alrededor
y reí para mis adentros, éramos puros hombres, seis señores de diferentes
edades y hasta nacionalidades tomando café y jugo de naranja con vino espumoso;
y sí, ahí estaba la Cereza del pastel… la única damita de aquel amplio comedor
era nuestra pequeña bebita, y no pude evitar cuestionarme el qué pensaría si esta
nena tuviera consciencia de aquella divertida escena, qué pensaría de estar
rodeada de tantos hombres que ríen a carcajadas, y son libres, y cuentan sus
historias mientras disfrutan de unos deliciosos chilaquiles de tortilla azul,
en lo que ella los observa desde su sillita de bebé que sus papás llevaron para
que pudiera sentarse a la mesa con todos.
Después pensé que también se hubiera reído como yo y
hubiera disfrutado plenamente de la charla de viajes, ex parejas, trabajos,
ideologías políticas y hasta familias tan peculiares como la suya, pero no, aún
no pone atención en esos asuntos y ella más bien estaba viviendo su curiosidad
por aquel lugar, y por recorrer cada rincón para ver qué podía tocar y llevarse
a la boca para seguir descubriendo el mundo a su manera.
Lo que más me sorprendió, es que sin quererlo ella
fue la protagonista de aquella mañana, una vez más fue el punto de atención de
todos los presentes que maravillados, la seguían a donde quiera que sus
piecitos y su curiosidad la llevaban, así como nos pasa cada que llegamos a una
casa de gente cecana o desconocida, o cuando caminamos por el parque, o cuando
estamos en un restaurante, la gente viene y se le acerca, la toca, le sonríe y
le hace plática; y aún estando en un círculo gay como el de esa mañana, los
demás invitados hacían preguntas llenos de curiosidad sobre nuestras vidas como
padres de esa hermosa beba, sobre nuestra experiencia al haber tomado una decisión
tan poco convencional y tan arriesgada en nuestra sociedad aún llena de
prejuicios mochos y llena también de machos de closet.
Pero una vez más me sorprendí a mí mismo cambiando
otro entorno con nuestra presencia, y es que esta niña ilumina y da vida, y
además despierta la curiosidad de las personas… “Se ve tan feliz”- nos decían, “y
ustedes con ella”.
Y ahorita que escribo estas líneas me entra de
pronto un chispazo de miedo a la cabeza, una pequeña punzada de preocupación
por lo que puede representar, pues esta bebé jala con tanta fuerza a propios y
extraños, que me preocupa que ese magnetismo algún día le vaya a traer algo o a
alguien que intente romper con esa magia. Dios quiera que no, y por lo pronto
aquí estamos sus dos orgullosos papás
para protegerla con nuestra propia vida.
Por ahora hasta aquí me quedo, pero cada quincena postearé una
entrada nueva de esta aventura personal que espero te sirva de ayuda, así que
mantente en contacto con nosotros. Te invito a que nos sigas y a que te
suscribas a nuestro blog y seas parte de esta historia.
Recuerda que aquí abajo puedes dejar tus comentarios, dudas,
preguntas y cuestiones que te gustaría tocáramos más adelante.
Saludos y...
Ciao Papis!
Excelente experiencia.
ResponderEliminarLa verdad felicitaciones por esa hermosa niña...
Algo que ando invitando, es a que vean el nuevo Retos entre Chicos - videos gay. Saludos!